Sardinillas en aceite de oliva

      La conservera que Modesto Carrodeguas regenta en el puerto coruñés de Cariño se constituye, hoy por hoy, en una de las más importantes (por grande, casi gigantesca, y por capacidad de producción) de nuestro país. A esa nota de modernidad, empuje empresarial y vanguardia tecnológica, suma esta empresa los más de cien años de engarce familiar que la avalan en el compromiso de respeto con una tradición heredada de sabia artesanía.

      Se sorprendería el lector de la cantidad de preparados que de esta macro-fábrica salen cada día para su comercialización con las etiquetas de las principales marcas españolas y extranjeras. Tal es la línea empresarial marcada, soporte principal de un volumen de negocio realmente extraordinario.

      A la par con esa línea, digamos que “de encargo” y anónima, Modesto Carrodeguas no descuida, bien al contrario, el catálogo comercial de su propia y tradicional marca “LA JIRA”, que oferta al mercado una amplia gama de enlatados, todos ellos en la gama más alta, de los que a mí me gustaría hoy destacar para ustedes esta latita, joya “delicatessen”, en la que, en su correspondiente aceite de oliva, forman, suculentamente prietas y alineadas, entre 16 a 20 minúsculas sardinillas. Todo un bocado de lujo insólito, por 1,78 euros.