Mis muy queridos amigos (los de siempre, y también los muchos nuevos sobrevenidos merced al milagro de este blog), la comunicación de hoy no trae cuenta de ninguna historia ni clave alguna, curiosa y documentada, de orden gastronómico. No es más que una licencia, que yo me permito en razón de mi libérrima condición -ya sabéis, ni jefe ni contrato- para contaros, a vosotros y al mundo que leerlo quiera, que desde hoy mismo he mudado mi residencia, hasta finales del próximo mes de agosto ¡ole! a la Muy Noble Villa de Santa Marta de Ortigueira ¡ole!, ¡ole!, y ¡ole!, que es mi solar raíz, mi particular "centro del mundo"... Desde aquí seguiré, por supuesto, contándoos cosas y escribiendo artículos, que es ésa vocación que en mí se impone, aunque tal vez lo haga con una cadencia de aparición algo menor, y también, seguro, con una inspiración asaz más fresca y salobre; porque este paraiso mío, como en las fotos se deja ver, ciertamente distrae mucho. Pero seguiremos en contacto, que es lo importante. Feliz verano
(Haz clic en las fotos, si quieres verlas ampliadas...vale la pena)
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