Se cumple hoy, 26 de agosto, el 174 aniversario de la creación de un plato, o tal vez mejor dicho, de la creación de una fórmula culinaria llamada a alcanzar un notable éxito y permanencia en nuestra cocina europea: las patatas soufflées.
La curiosidad del invento, como en tantas ocasiones de la genial creación humana, devino de un accidente, mejor aún, de un retraso. La historia que se cuenta es la siguiente: aquel día, el 26 de agosto de 1837, tenía lugar un acto solemne y trascendente, cual la inauguración de la primera línea férrea francesa, que enlazaba la capital, Paris, con la localidad de Saint Germaine-en-Laye. Para tal acontecimiento histórico, como es natural y de costumbre, se organizó un imponente banquete, que sería presidido por los reyes Luis Augusto y María Amalia. El acto inaugural tuvo lugar por la tarde, y el banquete de colofón era, pues, una cena, que habría de servirse en el muy respetable, y hasta se diría que grandioso, hotel-restaurante “Pavillon Henry IV”, cuyas cocinas regía el por entonces famosísimo chef Jean Louis Françoise Collinet.
Luis Augusto I |
Y resultó que el tren (como el que se ve en la foto, aunque con dos vagones más) salió a su hora de París, pero llegó con un más que notable retraso. Ocurrió que la previsión de duración del viaje se había hecho, en los ensayos, con el convoy casi vacío, pero al cargarse con los invitados del séquito real, más de los previstos, hizo que el invento renqueara casi agónico en la subida de los varios repechos que jalonaban aquel trayecto, de apenas 30 kilómetros.
Pavillon Henry IV |
Collinet había dispuesto, como plato fuerte del ágape, un solomillo de buey con patatas fritas, y en la previsión de los tiempos que le dieron inició la fritura de las patatas, que había cortado en finas láminas redondas (“a la inglesa”, como solemos conocerlas ahora) con la antelación suficiente. Cuando del jefe de estación le llegó el recado del retraso que traía la comitiva el buen chef se vio desesperado, y retiró apresuradamente las patatas a medio freír. Al llegar al fin el momento de servirlas, observó anonadado que presentaban un aspecto ciertamente deplorable, frías, arrugadas y deslucidas. Y se decidió, por la tremenda, a refreírlas de nuevo, así fuera con una brevísima inmersión en el aceite muy caliente.
Y ahí fue cuando se produjo el milagro de la sorpresa, al observar cómo aquellas patatas de hinchaban, se inflaban (que es el significado de “soufflée”) por su centro, adquiriendo una apariencia novedosa y muy atractiva, que los comensales, empezando por el propio rey, no dejaban de alabar, tildándola de genial creación. Y así fue, cuenta la Historia, cómo, por accidente y retraso, nacieron las patatas “soufflée”. Buen provecho
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