jueves, 20 de octubre de 2011

CPGM. Almuerzo-coloquio



       La vinculación permanente, inextinguible y siempre viva, de los gallegos con su tierra natal es nota sobradamente conocida, universalmente reconocida, de su carácter. Nada extraño, pues, que en la Comunidad de Madrid, donde los oriundos del Finisterre noroeste son -somos- colectividad especialmente numerosa -cerca del millón de personas, según algunos recuentos-, menudeen desde siempre las agrupaciones profesionales, o sectoriales, del más diverso pelaje, que reúnen y agrupan a sus socios tras ese banderín insoslayable del paisanaje y la consustancial morriña. Además de las tradicionales Casas Regionales, presentes y activas en cada una de las poblaciones importantes de la Comunidad, en la propia Capital son, además, toda una pluralidad las colectividades sectoriales que se reúnen y mantienen por ese sentimental engarce de vínculo común. Así, por anotar al vuelo sólo las más conocidas, cabe reseñar y referir la que integra a los taxistas, ATAGAMA -Asociación de Taxista Gallegos en Madrid-, a los médicos (ASOMEGA), abogados y juristas (IURISGAMA), empresarios (AEGAMA), y también, claro está, a los periodistas, que integran la que probablemente es la asociación decana: el CLUB DE PERIODISTAS GALLEGOS EN MADRID, cuya presidencia, en este periodo, me corresponde a mí ejercer.

Comenzando por la izquierda, Antonio D. Olano, Cristino´ Álvarez "Caius Apicius", Manolo Méndez, Bieito Rubido
y Francisco (Pancho) Ledo

      Fundado hace casi cuatro décadas, tiene este Club la singularidad de ser el único de tal condición de vínculo entre la profesión periodística capitalina; es decir, no existe ni ha existido nunca en Madrid una agrupación similar de, pongamos por caso, periodistas extremeños, o andaluces, o navarros, o cántabros. Pero de gallegos, sí. Tal es, reiterando y aflorando con el ejemplo, esa nota tan inextinguible y definitoria de los gallegos, sea cual sea su lugar de residencia u oficio.

Todas las fotos que ilustran esta crónica son deferente cesión de nuestro compañero Manolo Seixas, propietario
 y gerente de "Lalinpress"

      Este pasado miércoles, dentro de lo que es principal actividad de este Club, sus periódicos almuerzos-coloquio, el invitado protagonista fue un colega de muy señera trayectoria profesional, el director del diario madrileño ABC, coruñés él, natural de la marinera villa de Cedeira, Bieito Rubido.
Los tres que mejor se ven en primer plano: Ángel Peláez, Irene Fernández y
Manolo Molares
      Tras el pulpo, la empanada, y algo de pescado con buena ajada, en la larga sobremesa, ya revertida en coloquio, siempre desde esa fundamental seña común del paisanaje, se habló por extenso de periodismo, y también algo de política, que es al fin sinonimia; de la difícil coyuntura que en estos días amenaza al clásico soporte de papel; de los nuevos medios electrónicos que avanzan futuro ya hecho presente; y, por supuesto, mucho y con amplitud y detalle, del diario ABC como histórico referente y soporte de acogida de tantas firmas de gallegos ilustres que para él trabajaron, desde aquella pionera de corresponsalía de extranjero que ejerció Sofía Casanova, la cual remitía sus crónicas desde el frente polaco, en la Primera Guerra Mundial, a la evocación de magisterios de fuste en la crónica social y política de su tiempo, como los de Julio Camba, o Wenceslao Fernández Flórez, José María Castroviejo, Antonio Fraguas, Celso Collazo, Manuel Blanco Tobío, Luis Moure Mariño, y un larguísimo etcétera de nombres ilustres que enriquecieron las páginas del viejo, y siempre nuevo, ABC, con un perceptible e inherente toque de retranca gallega en sus escritos. Manolo Martín Ferrand, por cierto y en la actualidad, es ejemplar eslabón de continuidad de esa larga cadena.





1 comentario:

  1. Me parece una gran aportación hacer un pequeño resumen de la comida, como ha sido recientemente, anima más a ir y ver que en una pequeña rendija se habla de nuestro Club

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