martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín y enamorados, con "Encanto"

      Señalemos, como preámbulo, que la costumbre de asociar la medianía del mes de febrero con el amor, la seducción y los juegos galantes tiene una rancia antigüedad. Ya en la Roma clásica, en torno al 15 de febrero tenían lugar unas bulliciosas fiestas de iniciación en honor del dios Lupercus, las “lupercarias”, cuyo ceremonial consistía en meter dentro de una caja nombres de muchachas adolescentes, y que los jóvenes los extrajeran al azar, de tal manera que a cada uno de ellos les correspondiese una compañera para su mutua diversión a lo largo de todo el año. Esta costumbre, como no podía ser menos, se resistió fuertemente a desaparecer con la venida del cristianismo; hasta tal punto, que los antiguos padres de la Iglesia no vieron mejor modo de superarla que solapando en ella otra tradición más piadosa, eligiendo así el ejemplo y homenaje de un santo-mártir, el humilde cristiano Valentino, quien, en tiempos del emperador Claudio II, allá por el siglo III, sufrió prisión y martirio por transgredir sistemáticamente la taxativa orden que el emperador había dado de que los soldados de las legiones no pudieran casarse hasta una vez licenciados de su servicio militar.
San Valentín
      El tal Claudio II tenía la convicción de que los soldados casados no eran tan buenos y eficientes como los solteros. Pero Valentino no lo entendía así, o no creía que esa fuera razón suficiente para obligarles al celibato, así que, en cuanto podía, clandestinamente, los casaba. El emperador, que además era amigo de Valentino, le advirtió por varias veces que cesara en aquel empeño de saltarse a la torera su prohibición; pero Valentino continuó, hasta acabar con sus huesos en la cárcel, y ejecutado al fin en la fecha del 14 de febrero del año 270. Siglos después, la Iglesia le elevó a los altares como San Valentín, e instituyó aquella fecha como la de su recuerdo y memoria en el calendario cristiano. Y así quedó instituida, para los tiempos perdurables, la fecha del 14 de febrero y su concurrencia con el maravilloso mundo de los enamorados, que pronto dieron en intercambiar regalos y mensajes en esta fecha.
      Esta costumbre, del intercambio de regalos (aunque sin el vértigo de desafuero comercial de nuestros días) nació en Inglaterra y en Francia durante la Edad Media. Ya en el XVIII, pasó con fuerza a los nacientes Estados Unidos. Y fue allí, dos centurias más tarde, en el XIX, cuando, por los avances de la imprenta y la bajada de los precios del servicio postal, empezó a generalizarse la costumbre de intercambiar postales con temas alegóricos al amor y el enamoramiento. Ya a comienzos del siglo XX, las nacientes grandes tiendas vieron en la dulzona costumbre una veta de negocio, y empezaron a promover los regalos de toda especie entre los novios.
Almacenes "El Encanto", en La Habana de los
años 50. En 1961, el  estallido en su interior
de varias bombas incendiarias
 acabó con el edificio
      La fórmula era costumbre acuñada en la principal tienda de modas de La Habana pre-revolucionaria: los Almacenes “El Encanto”, donde trabajaba, con rango de encargado, un asturiano de nombre Pepín Fernández. También trabajaba allí otro empleado español, también asturiano y primo del anterior, de nombre Ramón Areces. Uno y otro, de vuelta, en los años cuarenta/cincuenta, abrieron tienda aquí en Madrid, siguiendo aquel modelo aprendido allí. 

Pepín Fernández

      Pepín montó “Galerías Preciados”, y Ramón, una tienda de paños que bautizó como “El Corte Inglés”. Y aunque este último, con el tiempo, llegó a absorber al primero, esa es una historia reciente, porque al principio más bien fue al revés, y eran las Galerías Preciados de Pepín Fernández las que “cortaban el bacalao” de la novedad comercial en la España de finales de los cincuenta y sesenta; entre otras razones, por la aguda visión de Pepín Fernández a la hora de promover iniciativas de promoción revolucionarias y desconocidas en nuestro país (aunque bien ensayadas ya en La Habana), como fue ésa del “Día de los Enamorados”. Tras aquel primer éxito, llegaron sucesivamente, el “Día de la Madre”, el “Día del Padre”... y cuántos “días” pudieran servir y prestarse a sus originales y agresivas campañas de promoción comercial.
      No fue menor tampoco, en orden a la extensión de la popularidad entre los españoles de la celebración de ese día especial dedicado al amor y quienes lo disfrutan, o sueñan con él, el notabilísimo éxito cosechado por la película, estrenada en 1959, "El Día de los Enamorados", que proyectó para el gran público el trabajo, en el papel del santo Valentín, al actor argentino Jorge Rigaud, quien para el resto de su carrera quedó perpétuamente ligado a aquel personaje. 
      Como complemento a esta historia, les sugerimos ahora el visionado de estos tres pequeños documentales, elaborados, en el exilio de Miami, por la aún vigente Asociación de Antiguos Empleados de los Almacenes El Encanto. En ellos se deja ver el carácter de extrema vanguardia, para su tiempo, que "El Encanto" representó en La Habana pre-revolucionaria. El espectador español podrá comprobar a qué punto de fidelidad al modelo original aprendido se ciñeron las iniciativas que aquí trajeron Pepín Fernández y Ramón Areces, desde la arquitectura exterior e interior de los edificios, la distribución, decoración y estilo de las zonas comerciales, la introducción de servicios como la "entrega a domicilio", la "tarjeta de compra", el tratamiento de los escaparates, y un sinfín de notas más; además, claro, de la idea de promocionar días especiales, como éste que hoy nos ocupa de "los enamorados"...



     





1 comentario:

  1. veo que estaba todo inventado!!!! pero admirable la iniciativa de los dos españoles que revolucionaron nuestro pais , y que pena el pueblo cubano . Mucha suerte !!!

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